Coronavirus e Internet
Rodrigo León Silva Abogados
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Rodrigo León
La pandemia por COVID-19 está generando una serie de enormes desafíos sanitarios, sociales, culturales, políticos y económicos, entre otros. Este coronavirus no es el primero ni el último, y cada día será más complejo mantener la vida como la conocíamos hace tan solo unos días, dado, entre otras cosas, al aumento de la población y la globalización.
Desde un punto de vista histórico resulta impresionante ver lo que tenemos en común con antepasados tan lejanos como los griegos, leyendo a Tucídides y la Peste de Atenas en el Siglo V A.C. o el caso de los romanos de oriente con la Peste de Justiniano en el siglo V D.C. Lo común que uno constata es la descripción del temor a lo desconocido y a la pérdida de seguridad. Hoy día damos por descontado esa seguridad, por ejemplo, en el ámbito tecnológico. Damos por descontado que funcionen las cosas. Y una de las cosas más importantes, por no decir la más esencial en estos tiempos de teletrabajo, es sin lugar a duda, Internet.
La pandemia que actualmente vivimos ha supuesto un desafío para el funcionamiento de la red de redes. Se calcula que la semana pasada el tráfico mundial de Internet llegó a la cifra, nunca antes vista, de más de 9 terabytes por segundo. Para dimensionar la cantidad de información que se está transfiriendo cada segundo hoy en el mundo, estresando las plataformas de telecomunicaciones, podemos señalar que los datos, si tuviéramos que ponerlos en papel, equivaldrían a que cada segundo se deban cortar 450 mil árboles, que equivalen a 2200 hectáreas (casi lo que se ha quemado en Chile por incendios esta temporada) o generar 144 kilómetros de hojas de papel una encima de la otra.
La cantidad de datos pasa a ser incomprensible en su dimensión. ¿A qué tasa de transferencias llegaremos con el coronavirus en las próximas semanas? Lo probable es que la cifra aumente exponencialmente en los próximos días, lo que dará lugar a que nos veamos frente a desafíos de funcionamiento críticos de la red. Por un lado, la necesidad de fortalecer y mejorar en forma urgente las políticas y normativas en el plano de la ciberseguridad y del tratamiento de datos personales, todos proyectos que duermen en el Congreso, pero además el condicionar el tipo de dato trasmitido para no sobrecargar la red.
Es claro que se deberá en algún momento acotar el uso de Internet para ciertos servicios. La ley chilena actual impide a los proveedores de servicios de Internet discriminar el tipo de uso de la red, es decir, al proveedor le debe dar lo mismo si se usan sus servicios para jugar videojuegos, ver una película, hacer transferencias financieras o teletrabajo. Esto es lo que se denomina la Ley de Neutralidad en la red. Claramente esta norma tendrá que ser limitada para asegurar el correcto funcionamiento de Internet que nos permita seguir funcionando como sociedad en las próximas semanas.